¿Cómo proteger a tu gato del calor?

Llega el verano: suben las temperaturas y empieza a hacer un sol de justicia. Cuando tu gato tenga calor, buscará un sitio con sombra y con algo de corriente de aire en el que pueda estar fresquito y tranquilo.

Pero a los gatos también les gusta estar al sol de vez en cuando. Especialmente cuando se quieren echar una buena siesta, ya que su temperatura corporal baja un montón cuando duermen.

Teniendo en cuenta que por lo general no son muy amigos de la hidratación, debemos tomar una serie de precauciones para que nuestra mascota no sufra un golpe de calor provocado por las altas temperaturas o quemaduras por un exceso de exposición al sol. Así que, ¡mucho cuidado y a hacer caso de las siguientes recomendaciones para proteger a tu gato del calor en verano!

¿Cómo saber si tu gato tiene calor?

Los gatos no sudan, o al menos no de la misma manera que los humanos (sólo un poco por las almohadillas de sus patas). Un indicativo de que tu gato pueda estar pasando calor es que se lama continuamente. Con calor más extremo, puede que le veas jadear. ¡Mucho cuidado si le ves así! Ponlo en un lugar más fresco e hidrátalo.

7 consejos para que tu gato no pase calor

Ahora que ya sabemos cómo detectar si nuestro gato está pasando calor, vamos a ver algunos consejos para evitar, en la medida de lo posible, llegar a este punto:

Mantén fresco tu hogar

Utiliza ventiladores o aire acondicionado para que tu gato no pase calor. No te pases con el frío, basta con que sea una temperatura agradable. También es recomendable que el gato tenga acceso a alguna estancia sin refrigerar, por si ya no necesitara ese ambiente fresco. También debemos no olvidarnos de bajar las persianas en las horas de más calor.

En esta línea, también debemos procurar que el gato no esté en sitios de dimensiones reducidas o que estén mal ventilados.

Importante: debemos tener cuidado con los ventiladores, ya que sabemos que los gatitos son animales curiosos por naturaleza y no queremos que se hagan daño. También es importante que vigilemos que no se produzcan cambios bruscos de temperatura, especialmente si tenemos aire acondicionado.

Agua fresca

Es importante que nuestro minino disponga siempre de agua fresca en su bebedero. Aunque los gatos no suelen beber mucha agua, debemos asegurarnos de que si necesitan beberla para hidratarse, puedan hacerlo. Y tiene que estar fresca, ya que a nadie le gusta beber agua caliente cuando está sediento.

Si vamos a salir, podemos ponerle un poco de agua de la nevera o echar un hielo al agua. En este caso, no está demás que dejemos otro bebedero con agua del tiempo, por si la otra estuviera demasiado fría y por ello el gato no quisiera beber.

¿Cómo hacer para que mi gato beba agua?

Si estás preocupado por que tu gato no beba la suficiente agua, hay algunos trucos que puedes llevar a cabo para estimular que beba. Son los siguientes:

Prueba con diferentes tipos de agua. Si aun no lo has hecho, prueba a darle agua embotellada y observa si le gusta más que la del grifo.
Incluye comida húmeda en su dieta. La comida húmeda le procura una correcta hidratación a aquellos gatos menos bebedores.
Distribuye varios bebederos por toda la casa.
Abre el grifo unos segundos. El agua corriendo llamará la atención de tu gato y es posible que se anime a beber.
Consigue una fuente para gatos. Su caudal permanente probablemente hará que tu gato beba agua con más frecuencia.

Vigilar en las horas de más calor.

Evita jugar con tu gato o que haga ejercicio durante las horas de más calor. Aprovecha en las horas de menos calor, como por la mañana o la tarde-noche. Si tu gato es muy inquieto, juega con él por la mañana cuando no haga calor, así después estará más tranquilo y calmado.

Cuidado con el sol

A los gatos les encanta echarse largas siestas al sol, dado que cuando duermen, su temperatura corporal baja bastante. Aunque si hace mucho calor, lo más probable es que busquen la sombra.

Si tu gato tiene acceso al exterior, procura que tenga zonas con sombra en las que poder descansar y refugiarse del sol, así como que disponga de agua para beber. Eso evitará que pueda sufrir un golpe de calor.

¿Cuál es la temperatura corporal normal para un gato?

La temperatura corporal normal de un gato se suele situar entre los 38º y los 39,5º. Se puede considerar un golpe de calor si su temperatura sube a más de 42º. Los primeros síntomas de un gato en esta situación son la presencia de excesivos jadeos y temblores.

La comida húmeda es nuestra amiga

La comida húmeda puede aportar a nuestro gato una parte importante de la hidratación que necesita, más allá de las vitaminas y los nutrientes que le aporta. Especialmente en verano, es importante que la comida húmeda forme parte de la dieta de los gatos.

Cepillado

Siempre es bueno cepillar con cierta frecuencia a tu gato, pero si hace mucho calor, es imprescindible. Especialmente en los gatos con mucho pelo, que por su pelaje sufren más el calor. El pelo le da calor, por lo que si le cepillamos y le quitamos pelo, le ayudaremos a estar más fresquito.

Por lo general, no recomendamos cortar el pelo a los gatos en verano; en todo caso, si se hace, no se debe cortar mucho, ya que podría exponerse a quemaduras solares. Si lo mantenemos bien limpio y cepillado, será suficiente.

¿Cada cuánto? Si hace mucho calor, como mínimo deberíamos cepillarlo 3 veces por semana, en el caso de los gatos de pelo corto. Si es de pelo largo, como mucho cada dos días.

Trucos: toalla húmeda, piscina o botella de agua congelada

Quizás en alguna ocasión te hayas preguntado cómo puedes refrescar a tu gato. Te dejamos 3 trucos:

La toalla húmeda: humedece una toalla y ponla en el suelo para que se tumbe. Se refrescará y podrá regular su temperatura.

Piscina: por lo general los gatos no son muy amantes del agua, pero a grandes males grandes remedios. Si sale al exterior, puedes probar a ponerle un barreño o similar con muy poca cantidad de agua, para que únicamente le cubra las patas. Si se atreve a meterse, seguro que se refresca 😊

Botella de agua congelada: otra opción es congelar una botella de agua, cubrirla con una toalla y ponerla en un lado de la cama del gato. Así se podrá acurrucar y estar más fresco. Estate atento y si ves que no le hace gracia, quítasela para que pueda estar a gusto.

Esperamos que estos consejos y trucos ayuden a tu gato a tolerar las altas temperaturas en verano. Debes tener en cuenta que cada gato es muy suyo y tiene su carácter, por lo que puede ser que no le haga gracia todo lo que aquí proponemos. Al final, se trata de conocerlo y adaptarnos a sus gustos para conseguir cuidarlo como se merece.