¿Pueden convivir gatos y perros?

La expresión “como el perro y el gato” se utiliza para referirnos a personas que se llevan mal entre ellas, que discuten, que no se soportan o que tienen conflictos. Pero ¿es esa frase cierta? ¿Se llevan realmente tan mal perros con gatos? La respuesta es que esta afirmación tiene más de mito que otra cosa. Gatos y perros no tienen ningún tipo de enemistad congénita, por lo que aunque se trate de especies de distinta naturaleza, pueden convivir pacíficamente y en harmonía. Eso si, que puedan hacerlo no significa que esto vaya a ocurrir en el 100% de los casos. Y esto se debe más a factores individuales que a especies o razas. De igual modo que en el ser humano, cada animal es un mundo. Los hay más interesados en tener compañía con la que jugar e interactuar y también los hay más solitarios y tranquilos. Pero en general, la convivencia es posible.

Esto se debe a que tanto gatos como perros poseen una conducta social muy adaptable, por lo que tras un período de adaptación (cuya duración vendrá determinada en gran medida por la edad y la raza), es posible conseguir una buena convivencia. Esta conducta social es mucho más adaptable durante las primeras semanas de vida de gatos y perros, concretamente, entre las 2 y 9 semanas en el caso de los gatos y entre las 3 y las 12 en el caso de los perros. Se trata de una fase clave en la socialización de estos animales, ya que en este momento vital son más proclives a aceptar y acostumbrarse a otras especies de animales.

¿Significa esto que si el gato y el perro no han convivido de bebés no van a poder llevarse bien? Ni mucho menos. Como hemos dicho antes, la conducta social de ambos animales es adaptable, por lo que contando con un período de adaptación, podremos conseguirlo. Eso si, a mayor edad, este tiempo de adaptación será más largo que si se hubiera dado durante las primeras semanas de vida.

Recomendaciones para una buena convivencia entre gatos y perros

Ahora ya sabemos que los gatos pueden convivir con perros siempre y cuando dispongan de un período de adaptación, que puede llegar a ser de semanas. Las siguientes preguntas que te harás son: ¿Y como es ese período de adaptación? ¿Qué pasos he de seguir para que un gato y un perro puedan estar juntos en casa? Sigue las siguientes recomendaciones:

Las prisas no son buenas consejeras

Ten en cuenta que se trata de un proceso progresivo. Es raro que tu gatito y tu perrito se lleven estupendamente desde el primer momento. Si eso ocurre, ¡bien por ti!. Pero lo más habitual es que ambos animales deban adaptarse a la convivencia de manera progresiva.

Haz una visita al veterinario:

Lo primero que debes hacer si quieres introducir un nuevo animal en la familia es llevarlo al veterinario. Así nos aseguraremos de que esté totalmente sano y sabremos si es necesario vacunarlo o desparasitarlo.

Cada uno en su espacio:

Habilita un espacio para el nuevo integrante de la familia durante el proceso de adaptación. Deberá ser una zona cómoda y segura para el animal, en la que pueda sentirse tranquilo. Evita que sea una zona frecuentada por el otro animal, el que ya estaba en casa. Y, especialmente si el nuevo animal es un gato, evita que el perro tenga acceso a esa zona.

Habitúalos a sus olores:

El primer paso para conseguir que perros y gatos puedan convivir bien es acostumbrar a cada animal a los olores del otro. Para esto podemos frotar una toalla o trapo limpio sobre el cuerpo de uno de los animales para posteriormente dejar que el otro la huela. Probablemente el perro mostrará antes interés que el gato, pero no te preocupes. Deja el trapo cerca de tu minino y respeta sus tiempos.

Preséntalos:

Llega el esperado momento de la presentación. A continuación te damos algunos consejos para que sea todo un éxito:

Antes de pasar a la presentación oficial te recomendamos que tu perro y tu gato primero se vean en la distancia. Así podrás observar la primera reacción de uno y otro.
Si han pasado satisfactoriamente esta prueba ya puedes pasar a la presentación oficial. Elige un momento en el que ambos animales estén relajados. Si tu perro es un poco inquieto o ansioso, puedes jugar antes con él o dar un paseo, el hecho de que esté más cansado y haya soltado energía hará que esté más tranquilo y relajado en el momento de la presentación.
Es recomendable que le cortes las uñas al gato. Si las cosas no salieran como pensamos, esto evitará que pueda hacer daño al perro.
Una vez los presentes, permite que se huelan y se miren el uno al otro y supervisa de cerca sus reacciones. Te aconsejamos que, para evitar peligros, pongas la correa al perro, por si se acerca demasiado al gato y éste se asusta. Además es conveniente que el gato disponga de una vía de escape por si se siente amenazado. Un sitio donde encaramarse como un rascador o una estantería, bastará. Observa como se comportan: si están tranquilas puedes dejar que interactúen; por el contrario, si parece que están nerviosas o enfadadas, sigue organizando este tipo de “reuniones” de vez en cuando, lo más normal es que se acaben aceptando.

Respeta sus tiempos: como hemos comentado, es importante que adaptes el proceso de adaptación a los tiempos de los dos animales. No fuerces la situación, ve avanzando conforme veas que ambos se sienten cómodos y tranquilos.

Conclusión

Aplica estos consejos para conseguir que tu gato y tu perro sean amigos y puedan disfrutar de una plácida convivencia juntos. Pero quizás el mejor consejo que te podemos dar es: PACIENCIA. No desesperes, es algo más que factible. De hecho, internet está lleno de fotos y videos de gatos y perros conviviendo juntos. Eso si, también te decimos que lo más probable es que no sea algo que se consiga de la noche a la mañana. Así que, sigue los pasos, respeta los tiempos de tus animales y ¡pronto el nuevo miembro de tu familia estará perfectamente integrado!