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Gato Persa

El gato persa es una de las razas de gato más populares del mundo, si no la más popular. Son considerados como gatos aristocráticos (de hecho, representan el 75% de los gatos con pedigree). Es uno de los mininos preferidos a la hora de acariciar por su manto suave y mullido.

Tipos de gato persa

¿De dónde proceden los gatos persas?

Como imaginarás, los gatos persas proceden de Persia, hasta aquí ningún secreto.

Empezaron a popularizarse en el siglo XIX, cuando la aristocracia empezó a demandar gatos de pelo largo, siendo la primera raza que se conoce de gatos con pelo largo. Se cree que el gato persa desciende del manul, un mamífero carnívoro procedente de las estepas de Mongolia, El Tíbet y Siberia.

A Europa empezaron a llegar en el siglo XVII, importados de Jorasán (Persia), por un noble italiano que quedó fascinado por la belleza del gato persa.

gato persa bicolor

Los gatos persas actuales provienen del cruce entre el gato persa de raza pura y el gato angora turco, que tuvo lugar en el siglo XIX por parte de la nobleza. Con este cruce consiguieron mayor suavidad en el pelaje y una gama de colores más amplia.

Históricamente el gato persa fue objeto de trueques, dado que estaban muy bien considerados tanto por su belleza como por su buen carácter.

¿Cuáles son las características más comunes de los gatos persas?

Lo primero que llama la atención en los gatos persas es su impresionante pelaje de varios colores y su cara ancha.

Su cabeza es grande y ancha, de nariz chata y orejas pequeñas y redondeadas. En su cara destacan unos enormes y abiertos ojos.

Disponen de un manto espeso, abundante y suave, precioso y muy llamativo.

Por otra parte, su estructura ósea es robusta y compacta, con patas cortas y gruesas. A la morfología de su cuerpo se la conoce como “cuerpo Corby”.

¿Cómo es el carácter de los gatos persas?

Por lo general, los gatos persas son sociables y cariñosos, más predispuestos al contacto con humanos que la mayoría del resto de razas de gatos. Requiere de muestras de cariño y afecto constantes.

También son tranquilos y bastante perezosos, pueden pasarse horas durmiendo. A su vez, son curiosos y les gusta observar todo lo que pasa a su alrededor.

Otro aspecto importante es que el gato persa no tiene ningún tipo de instinto de caza ni ganas de salir a la calle, debido a su origen de haberse criado siempre en interiores. No les suele llamar tampoco demasiado la atención la realización de cualquier tipo de actividad física o el juego.

Además, es un gato tranquilo al que se debe tratar con respeto y sin estridencias ni chillidos. Esto unido a la ya comentada poca predisposición al juego, hace que no sea la mejor opción para los niños.

¿Cuánto pesa un gato persa?

Su peso se suele situar entre los 3,5 kg y los 7 kg. En cuanto a su tamaño, pueden llegar a medir entre 40 y 50 cm de largo y unos 30 cm de altura.

¿Qué darle de comer a un gato persa?

El gato persa dispone de una mandíbula bastante particular, por su estructura de cara, lo que hace recomendable que se le administre pienso específico para esta raza (ver en Amazon), que se diferencia del pienso normal únicamente por el tamaño del grano, que es más pequeño.

También es recomendable administrarle comida húmeda, más fácil de masticar que el pienso y que además le aportará la hidratación que necesita.

Por último, es un gato que en invierno debe ingerir una dosis extra de grasas, que le permita nutrir su manto. Eso si, dada su poca predisposición a realizar actividad física, deberemos regular correctamente las dosis para evitar que engorde demasiado. Lo mejor si tenemos dudas es que visitemos al veterinario.

¿Cómo cuidar a un gato persa?

Si estamos pensando en adoptar a un gato persa, lo primero que debemos de tener en cuenta es que, en general, requieren más cuidados que la mayoría del resto de razas de gatos.

En los gatos persas, así como en todos los gatos de pelo largo, el cepillado se convierte en algo fundamental. Hay que cepillar a un gato persa con asiduidad, a ser posible una vez al día. Esto es especialmente importante en la época de muda, ya que si no retiramos el pelo muerto, el gato se lo tragará en sus labores de limpieza y se pueden formar bolas de pelo en su tracto intestinal, ocasionando problemas digestivos. Debemos tener en cuenta que, los gatos persas, a diferencia del resto de gatos, no son capaces de acicalarse solos, por lo que debemos ayudarlos.

Por último, el gato persa es propenso a lagrimar en exceso, por lo que deberemos limpiar los surcos de sus ojos para evitar posibles infecciones.

También es recomendable que lo lavemos una vez al mes, para mantener su manto limpio y sano.

¿Qué enfermedades pueden tener los gatos persas?

Existen una serie de patologías hereditarias hacia las que los gatos persas tienen una mayor predisposición genética, así como determinadas enfermedades comunes que pueden padecer este tipo de gatos.

Enfermedades renales

Los gatos persas tienen una predisposición genética a sufrir enfermedades renales, como la enfermedad poliquística renal (sus siglas en inglés son PKD), una enfermedad hereditaria a causa de la que al felino se le forman quistes en los riñones. Esta predisposición es bastante elevada, dado que se estima que cerca del 40% de los gatos persas lo llevan en la sangre (lo que no implica necesariamente que lo deban desarrollar).

Algunos síntomas que pueden indicar que un gato persa está sufriendo esta enfermedad son un incremento en cantidad de orina y a la hora de beber agua, pérdida notable de peso, apatía, mal estado del pelaje. Si detectas en tu gato persa alguno de estos síntomas, te recomendamos que acudas cuanto antes al veterinario, ya que es importante una detección precoz de la enfermedad para evitar que el gato pueda llegar a morir súbitamente por una insuficiencia renal. Los primeros síntomas de esta enfermedad se suelen presentar entre los 6 y los 7 años de edad.

No queremos alarmaros pero si que lo tengáis muy en cuenta, ya que es una de las causas de fallecimiento más comunes en los gatos persas. En un estudio realizado en el Reino Unido, se determinó la enfermedad renal como la principal causa de fallecimiento en los gatos persas, con un 23,4%, muy por delante de la 2ª causa, que fue el cáncer con un 8,5%.

Esta enfermedad no tiene cura, pero sí que existen tratamientos para reducir los síntomas y mejorar así la calidad de vida del minino.

Problemas respiratorios

La morfología de su cara, aplanada y con una nariz achatada, hace que sea frecuente que los gatos persas desarrollen algún tipo de problema o dificultad respiratoria a lo largo su vida, como la rinitis crónica. Es un tema meramente físico, ya que la nariz es tan estrecha que a veces no pasa todo el aire que debería. Es especialmente importante controlar el peso de nuestro gato en estos casos, ya que la obesidad tiende a agravar los problemas respiratorios.

¿Cómo saber si tu gato persa tiene problemas respiratorios? Hay diferentes síntomas que puedes observar en tu gato, como jadeos, la realización de pequeños silbidos al respirar, estornudos o tos.

Es importante que prestemos atención a esto y llevemos a nuestro gato persa al veterinario si lo detectamos, ya que puede derivar en problemas de salud y enfermedades más graves.

Problemas digestivos

A todos los gatos les gusta acicalarse y todos los gatos tragan pelo. El problema viene cuando se trata de gatos de pelo largo, en cuyo tracto digestivo se pueden acumular bolas de pelo.

Displasia de cadera y artrosis

En este caso no se trata de enfermedades comunes únicamente en los gatos persas, si no en todo tipo de razas de gatos grandes, que están más predispuestas a sufrirlas.

Trastornos sanguíneos

Hasta un 20% de los gatos persas tienen el grupo sanguíneo B, lo que les puede provocar diferentes contratiempos. Especialmente a la hora de sufrir transfusiones y la isoeritroliosis neonatal felina, por la que el cachorro ingiere anticuerpos que atacan a sus propios glóbulos rojos, en el caso de que la madre sea del grupo sanguíneo A.

Problemas en el parto

Es frecuente que los partos de las gatas persas se realicen por cesárea para reducir riesgos. Esto se debe a que los partos naturales suelen ser complicados en esta raza, dado el volumen de la cabeza del feto y la estrechez de las caderas de la madre.

Otros problemas o enfermedades

Otras afecciones comunes en los gatos persas son los problemas dentales, el crecimiento desmesurado de sus uñas, trastornos en su pelaje y problemas de tipo ocular (suelen producir un exceso de lágrimas, que pueden dar lugar a infecciones y úlceras).

En los machos también suele ser una enfermedad común los testículos retenidos (también llamada testículos no descendidos), que consiste en que los testículos permanecen en el vientre, en lugar de bajar hasta el escroto.

persa chinchilla

¿Cuántos años viven los gatos persas?

Un gato persa puede llegar a tener una vida un poco más larga que el promedio de los gatos, concretamente, entre 15 y 18 años.

¿Puede convivir el gato persa con otras mascotas?

Como hemos comentado antes, el gato persa tiene un carácter dulce y afable, lo que no suele ser excesivamente habitual en la mayoría de los gatos. Esto hace que los gatos de raza persa puedan convivir perfectamente con otras mascotas.

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Resumen
Gato Persa: ¿La raza más popular?
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Gato Persa: ¿La raza más popular?
Descripción
Descúbrelo todo sobre los gatos Persas: qué tipos existen, como es su carácter, cómo cuidarlos ¡y mucho más!